Praga

Praga, agrada y embriaga (Parte I)

La Barraruntada ( ocurrencia ) de ir a Praga

I remember Praga. Conversaciones de bar, “falseos” positivos, derrumbes de ego y maldades convexas me guíaban hacia la ruta de las capitales de Europa y más concretamente del viejo Imperio Austrohúngaro, un engendro trasnacional que tras 1918 saltaría en mil añicos pero que mantendría su clase y su cultura hasta nuestros días.

Una llamada, una aventura, una amistad y una necesidad hipérbola me pondrían en acción.

Viajar.

Antes de poner rumbo a Praga en mis viajes, ya había conocido la pseudo-aventura mochilera en solitario. El placer del “Get a life” en un tren , un bus o una conexión aérea en precario. Empecé tarde pero en pocos años me había dado tiempo a recorrer centro-europa con la necesidad de ver cosas y hablar con gente con la que podía comunicarme con un inglés primitivo y torpe pero a la vez útil y para nada cohibido. La clave para disfrutar el presupuesto bajo y rapiño, las ganas de desconectar y de integrarme en el entorno lo antes posible.

Vista del Castillo del Praga.

Los antecedentes. Cracovia.

Así en esos términos ya había conocido Cracovia, Kracow, a la que los austriacos o húngaros o ambos a la vez habían anexionado allende los años en etapas precedentes y que sin duda mi olfato me decía que algo tenía que ver de la época brillante de este vasto dominio.

Praga estaba en el horizonte y decidí en pocos días que no podía faltar.

Imperio austrohúngaro, Checoslovaquia y finalmente Chequia … ese era el resultado de los antecedenes de la modernidad en cuanto a la nacionalidad a la que alojaba esta gran urbe. Es allí donde voy, donde iba y quizá vuelva. Voy porque el recuerdo es grato.

Viajar en “todo a 100” a Praga

Avión por aquí, Boeing por allá, conexiones imposibles para salir y llegar a Zaragoza. El destino me hacía otra vez pisar Londres de manera casi etérea para alcanzar rápidadamente el otro destino. “Run like Hell” para que no cierren el acceso al embarque como el final que nunca querías que llegara en los conciertos de Pink Floyd.

In extremis pasas el control previamente donde un asimilado anglosajón te mira como si fueras a volar la estatua de Horacio Nelsón y que te hace finalmente el gesto de aceptación , perpendicular al que nos hacemos los zufarienses y resto de paisanos de nuestro afable entorno aragonés.

Qué magníficamente grande es Stansted, cuanto dinero tienen que mover los cuatro espabilados que controlan la “city”, por allá pasa todo el mercado interbancario y hasta mi precaria conexión con Praga dependía del todavía menor pero aún Imperio Britano.

Improving ideas

No me da tiempo ni de tomarme la rica cookie inglesa, esa por la que te sablean 3,5 Libras que al cambio eran unos 5 euros, en ocasiones he pagado más por la galleta que por el avión. Insisto una galleta … el día que mi primo les lleve magdalenas de la panificadora de Zuera habrá otro cambio cuántico en la escala de los reyes erupeos del té.

Y allí estoy yo otra vez embutido en un Ryanair que parece que van a saltar las juntas que unen la rodilla con el fémur en una pierna y la otra la abandonas a la “suerte del pasillo” donde no sabes cuando pero si aciertas en que provocaras o te provocaran un daño en lo físico y lo ruboroso que en muchos casos duele más. Así pues cual porcino en un camión que te lleva al matadero, esperaba llegar a mejor destino, Praga. Los aerpuertos, zonas de paso, aviones, males necesarios para hacer mundo en tiempo record, insostenible e insano. Lo íbamos a ver a los 4 años. ¿ Cómos podíamos imaginar que el sueño de todo para todos y en todo momento se rompería por un “no-ser” de una pocas micras de tamaño.

Tomando tierra

Recuerdos confusos, debí escribir este post antes, 4 años ha … Llegada al Hotel, 3 estrellas , quizá 2, el booking me lo salto siempre que puedo, aunque pagas algo más le dejas de dar dinero al poderoso y normalmente los hoteles o hostels pequeños lo agradecen con un trato más familiar y cercano. El no-booking nos hace más libres, de eso estoy casi seguro, o no … pero no forma parte de este viaje dilucidarlo. Columbo, Dalimil y Adeba, por ese orden y por ese orden inverso mi calificación. Me movía con las ofertas, y parecía más un espía similar al que narra Mendoza, don Eduardo, en el laberinto de las aceitunas, que un turista al uso.

Iglesia de San Cirilo
Entorno del barrio Zizkov en Praga

Zona este de Praha para dormir, zona oeste y el río para ver y nocturnear. ¡ Como me gusta anochecer con la noche! , mi amiga, la que sale con la luna y la lleva de parranda, la que se esconde detrás de los gatos del callejón, la que huele a birra y a risa, a arte y a cultura, a vida y a empatía. Que no carente de males y peligros lleva a apasionados devenires de suerte y de calor, de frío y de zozobra.

Barrios de Zizkov y C y al norte el Moldava que nace en las selvas de Bohemia … y es que centro Europa es verde, verde hierba, verde doble bogey … y se nota en todos los parques, sitio sin asfalto o edificio, sitio que brota la vida. Alegría vegetal en un país de gente seria de día.

Hacerse con el sitio.Praga, su eje.

Cuatro días por delante con sus respectivas noches pero hay que amarrar el posible error y el primer día me dedico a coger referencias, así que tras breve charla con los parroquia del hotel había que mirar las distancias en estadios o en minutos, si Asterix había ido a Egipto ¿no iba a poder yo perderme por aquellos lares ?

La referencia iba a ser el puente de Carlos IV, el emperador o rey o ambas cosas, ¿eso si de que reino o imperio ? Porque menuda guasa me llevan ahí con las fronteras y sobre todo por la parte del medievo. Pues el señor aún se hizo mayorcete para la época, sesentaytrés inviernos , que allí se lleva mas el frio, y fue Carlos I de Bohemia por la parte que en el lugar en cuestión le tocaba pero IV por rey de Luxemburgo que está a unas cuantas leguas y por ende Emperador del Sacro Imperio Germánico, una herencia de Carlomagno que a la vez emulaba a Roma. En el fondo seguimos siendo todos ciudadanos romanos ya veis …

Carlos IV
Estatua de Carlos IV. Praga.

Puente de Carlos IV.

Karluv most, uno de los puentes más bonitos que se pueden ver si no fuera porque a las ciudades las hemos matado tíos como yo que hacen un turismo de aglomeración pero ya que estaba … había que ir. Todo el casco antiguo es maravilloso pero alli vía hacia el castillo tenéis esta construcción antiquísima llena de encanto. Por allí desembocaría más adelante en las Zamecke Schody, unas escaleritas que te tienen que pillar almorzado para disfrutarlas esquivando turistas. Volviendo al puente de mi tocayo fijaros en las estatuas diversas que tiene, que me decís, ¿ sobrias y originales eh ? pues no, para nada ya que son copias de las originales que las guardan en otros sitios como por ejemplo en Vyšehrad que ya veréis que esta un poco más alejado, fuera del mogollón. En estos sitios como el puente hay q estar poco y si se puede se madruga y a las 6 y se disfruta de verdad sin el denostado turista que debora estandars por doquier …

Continuará …

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