Elecciones, reflexiones y finalmente “Nivola”

10 de Noviembre: Niebla a la vista

Elecciones a la vista, 10 de noviembre, Don Miguel nos debe estar mirando a través de la “Niebla” que dejó su legado. Y es que si nos damos cuenta a los intereses que han de mover a un país no siempre han de coincidir con los de las personas. En este sentido hay que dar pasos adelante para no dejar atrás a los olvidados de este país, que son muchos y que cada uno tiene a los que hacen “suyos” en mente. Conviene recordar los esfuerzos de muchos y hasta el dolor de otros por aceptar la convivencia, retorciendo incluso los malos recuerdos en virtud de una reconciliación más o menos honrosa y más o menos reparadora.

La vieja novela confusa que escribió don Miguel siempre pensativo siempre contradictorio, como cada uno, como cada cual
La vieja novela confusa que escribió don Miguel siempre pensativo siempre contradictorio, como cada uno, como cada cual

Nunca nos contentaremos todos, creo que a estas alturas es imposible incluso contentar a uno sólo. Hay preguntas de difícil respuesta y que han salido desde hace unos años a la palestra:

1.- ¿Monarquía o República?

No podemos imponer cambios sin amplias mayorías. La lógica hace ser muy prudente a la clase política ante una pregunta de tal magnitud. La cuestión divide más a mujeres y hombres de nuestro estado, aunque muchos no se vean en una u tra forma de gobierno. El tiempo dirá si la nación está lo suficiente madura y organizada para tener un cambio de esta envergadura, con lo bueno y lo malo que tiene el actual sistema. No nos andemos con simplezas, todos los sistemas tienen pros y contras y opiniones sobre la legitimidad o no de este o aquel tipo de Jefatura de Estado. Lo que está claro es que como país interactuamos en un entorno político que no nos hace muy diferente de los países de tanto nuestro entorno como de los que tenemos en nuestro horizonte de lo que nos gustaría ser.

2.- ¿Autonomías, federación o recentralización?

Miremos atrás y tomemos referencias de nuestro pasado. ¿El término federación puede contentar a un parte importante de la ciudadanía? . Si, pero puede ser una ofensa si se dota de mucho contenido diferencial a las zonas del estado a las que se les reconozca con tal derecho. Así pues, puede haber un rechazo que active la causa de la recentralización de muchas competencias actualmente autonómicas con amplias facultades para hacer y deshacer en el mismo territorio.

La paradoja de la izquierda apoyando derechos de regiones ricas frente a la unidad que asegura la redistribución de la riqueza no se termina de entender en las bases y más aún cuando son los partidos de derechas nacionalistas de esas autonomías las que las defienden. Sin embargo, el hecho individual es tal que uno prefiere estar mejor que el vecino por mucho que diga el manual de la socialdemocracia o un artículo de la incuestionable Constitución tan defendida por el liberalismo y los partidos conservadores. Somos seres autónomos con una carga genética muy individual de la que el hecho social se escapa en muchas ocasiones.

Las autonomías han de acercar el buen gobierno, hay que subrayar el término para que se tenga presente siempre, buena gobernanza, a todas las zonas de la nación. Los problemas se ven más en el día a día de los ciudadanos y de las gentes. Es un modelo válido y siempre reformable, siempre que pensemos en la racionalización de la dimensión del funcionariado de la clase dirigente.

3.- Políticas activas para frenar el cambio climático.

Unamuno jamás se podría haber planteado esto en los años que estuvo pensando y divagando. Hoy en día la derecha lleva en el manual la negación del cambio climático, al menos la más populista lo tiene como un mandamiento. Obviamente se ha hecho mal uso de cantidades ingentes de masas económicas que a priori iban a ir encaminadas a energías verdes, de ahí a negar una evidencia científica y más o menos constatable por cualquier paisano hay un trecho de palabra fácil y de razonamiento sacrificado. Lo fácil es decir que hagamos lo que hagamos esto no lo para nadie o que sencillamente no pasa nada. Otros partidos de corte pasan de puntillas por el tema y critican las políticas que han de hacerse sin mojarse y dar otras soluciones. Todos los partidos han de tejer planes y acuerdos para con la ayuda de todas las naciones del planeta dejar un mundo mejor o al menos no peor para los que vienen. El hecho individual de vernos insignificantes ante un problema de tal magnitud no ayuda a paliarlo, nuestro hecho de ser y de existir favorece que pensemos a corto plazo y por ende a ocultar la realidad en nuestro alrededor. Soy pesimista a este respecto, pero tengo margen para creer que un día puedo cambiar y volver a tener esperanza.

4.- Inmigración.

Otro tema que Don Miguel quizá no tuvo que plantearse y eso que el conoció ya la fuga de muchos conciudadanos a América, España entonces era un país del que la gente salía, por ideas, por hambre o por simplemente querer crecer profesionalmente. Cómo ha cambiado el panorama. El país se enfrenta a una frontera caliente en el sur, llena de esperanza para mucha gente que proviene de auténticos problemas individuales y colectivos. La Mare Nostrum está plagada de escollos y de trampas mortíferas para muchos seres que desgraciadamente fenecerán en el intento. El hecho en si de la inmigración es loable, siempre ha existido y siempre ha tenido problemas y dificultades. Acoger al necesitado es muy cristiano y muy solidario (de manual de Marx y del evangelio de Cristo) pero nos enfrentamos otra vez a nuestro hecho individual como personas. Pensamos que está bien resolver el problema y acoger en nuestras fronteras a las personas dotando de recursos, si, integrando y formando ciudadanos y trabajadores para nutrir nuestra demográficamente pobre patria, pero las dificultades no las queremos par nosotros. Dificultades muy complejas como la convivencia con otras culturas que rompen con nuestros esquemas y que en algunos casos tiran un torpedo a la línea de flotación de las leyes cada vez mas laicas que nos hemos dotado. La religión que cada día estaba más fuera de los ámbitos que tienden a ser estatalmente laicos volverá con fuerza a aulas y otros estamentos de la mano de la costumbre islámica muy arraigada en muchas comunidades tanto ya afincadas en nuestro país como de la inmigración magrebí. Tenemos ante nosotros un reto de difícil cuantificación. Ley, costumbre y convivencia pueden tener un giro inesperado en muchas partes de Europa antes claramente de tendencia laicista o de al menos un catolicismo descafeinado salpicado de muchos escándalos y que va en claro retroceso.

La cuestión secesionista

Estas cuestiones están dentro de la cabeza de muchos españoles. El tema catalán también por supuesto, pero no deja de ser una continuidad de las dos preguntas que tenemos arriba. Para unos la mano dura, para otros la negociación y mientras el término medio va perdiendo intensidad y difuminándose, yo lo llamo hacer equilibrios en la cuerda floja. Al votante le gusta tener las ideas claras o si o no, o Barcelona o Madrid, o rojo o azul. En Cataluña se juega mucho con la credibilidad de nuestro proyecto de futuro. Una escisión de parte del estado daría una ruptura del resto, mucho más que un tema de bolsillo personal de cada uno, una crisis de caballo nos azotaría por tiempo indeterminado, y un horizonte de un país errante y desmotivado del resto. Todo esto si no hace levantar un animoso y belicista movimiento en caso de dicha ruptura, los conflictos “los carga el diablo” y tienen pronta nutrición en negociantes de la muerte a base de dólares y otras monedas de procedencia mundial.

Intereses individuales versus intereses colectivos

Los intereses no siempre coinciden con los de cada cual

Seamos pues valientes, decidamos nuestro futuro en base por supuesto a nuestros intereses individuales, mañana vas a ser tú el que se tiene que levantar de la cama, pero también debemos de decidir con nuestro voto por vecino de al lado, del camarero que te puso esa tapita en la playa, de tu ex, de ese catalán errante que no conoces y que trabaja en Mollerusa, de la señora que vive sóla en un piso de Vallecas y a la que no ven en la pescadería desde hace una semana, de la niña que va a nacer esta noche de camino al hospital de Teruel y que la llevan por una carretera de mala muerte desde el pueblo que nacieron sus tatarabuelos y que los tercos de sus abuelos y padres se han negado a abandonar, de ese ilusionado carpintero gallego que tiene 6 currelas a su cargo y que no va mal pero no se fía de contratar a otro por que puede ser que en un año una crisis se lo lleve todo por delante como pasó en el reciente pasado, y tantos y tantos otros que seguro me dejo en el tintero, pero como dijo un sabio : “El hombre es un producto social y la sociedad debe impedir que se pierda para ella”.

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