Una noche atemporal con The Watch

Ayer pude ver un show atemporal que llevaba mucho tiempo deseando. Fue un tributo a Genesis, pero no uno cualquiera. The Watch, que también tienen material propio (como The Art of Bleeding), se centraron en una etapa densa de la era Gabriel.

El show fue The Lamb Lies Down on Broadway entero. Para quien no esté familiarizado con el progresivo o el sinfónico, es fácil perderse. Pero si te dejas llevar, lo disfrutas. Este disco cuenta la historia de Rael, un tipo neoyorquino con una historia rara, onírica, difícil de seguir si no vas con la mente abierta.
It’s Real… It’s Rael

Yo siempre he sido más philcoliniano que gabrielino. En ese eterno debate entre petergabrielinos y philcolinianos, yo lo tenía claro. Y este disco fue, durante años, un gran desconocido para mí. Hoy ya no. Este fue el salto definitivo de Gabriel… hacia sus colinas de Solsbury…

No voy a hablar hoy de mi relación con Genesis. Solo quiero decir lo que ha sido ver esta joya musical en directo, con músicos que te transportan, sin darte cuenta, a un año por allá del 77 o el 78. Una atmósfera que pocas veces se vive.

En las cervezas previas estuve con mis colegas del sinfónico, Alberto y Nacho, y con otro que conocí por el festival SonicArte de Teruel, al que he ido un par de veces. Las conversaciones fueron de lo humano y lo divino: progresivo, jazz, blues, rock… incluso salió el tema de Iron Maiden como grupo con toques progresivos. Harris decía que antes de componer se ponía el Foxtrot de Genesis para inspirarse. Tal cual.

Después del concierto lo tuvimos claro: estos tíos son unos genios.

Simone Rossetti clava la voz de Gabriel. Valerio, con el teclado y el mellotron, parece que está poseído por Tony Banks. Marco, a la batería, lleva el ritmo, aunque no hace los coros de Collins. Giorgio Gabriel (sí, se llama así) te hace sentir que está Hackett en escena. Y Mattia une todo con las guitarras y el bajo.

La versión que hacen de Back in N.Y.C. es mejorable, sí, pero me encantó todo el show. Las imágenes que proyectan detrás y la atmósfera que consiguen generar son una pasada.
Ojalá repitan por acá cerca pronto, que yo me apunto.

Por cierto final apoteosico con los bises y el final con «The Musical Box» fuerza y sinfónico es su estado más puro.

Viva The Watch!

They brought The Lamb Lies Down on Broadway back to life on stage